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Mostrando entradas de 2016
Viñals, la pulcritud del lenguaje . Retomo ahora la lectura de un poemario de José Viñals publicado en 7 i mig, en el año 1998, prologado por el poeta Guillermo Fernández Rojano: Animales, amores, parajes y blasfemias. Su lectura me devuelve la imagen de un Viñals borroso por el humo, inmóvil al final del largo pasillo, sosteniendo una copa de balón, apurando un Torres en la habitación repleta de libros y Bach sonando, la gran mesa de madera, el último libro leído y unas cuartillas sobre las que improvisaba algo. En una parte de ese salón destacaba el cuerpo abstracto y gris del telar de Martha, sus tapices ocupaban gran parte de las paredes: una mezcla de imágenes surrealistas que confeccionaba con una técnica ancestral. Recuerdo a la hija Andrea que sonreía desde su cuarto. Oigo ahora el habla pulcra de Viñals, su marcado deje argentino, la única persona que he conocido que distinguiese aún entre la ll y la y griega, su fiel homenaje al lenguaje, oigo como me habla de Saint J

Fámulo o la fabulación lírica

Fotografía de Francisco Ferrer Lerín. Tomada de la revista Caminos de Pakistán. Antonio Viñuales Sánchez. Si fámulo significa sirviente, quizá esta propuesta de Francisco Ferrer Lerín interprete su obra como un servicio a la lírica, un ejercicio que ofrece una propuesta como un iniciado que sacrifica y mienta unas palabras únicas, no dichas al azar, siguiendo una secreta nomenclatura que haga de cada poema una pieza insobornable frente al tiempo y a pesar del tiempo. Ferrer Lerín procede de una excelsa corriente de poetas inclasificables en los que cabría citar a: Agustín Delgado, Aníbal Núñez, José-Miguel Ullán, Ricardo Defarges, Manuel Lombardo Duro, Diego Jesús Jiménez, poetas que eligieron la iconoclastia frente a la mayoría pop que degeneró en los fuegos de artificio que confunden la causa de la poesía con el efecto de lo poético; Ferrer Lerín como poeta heterodoxo frente a una ortodoxia achampanada que no supo encauzar todo el engaste lírico de una corriente poética nacid

Función de las hojas. Antología personal.

Estertor en las piedras. Jaén. 2003 . Se trata de un libro primero de un poeta joven, quizá demasiado. La primera experiencia poética. La toma de contacto con los grandes temas poéticos: el amor, la muerte, el arte, una influencia marcada de la poesía granadina, de Javier Egea, de García Montero, Miguel D'Ors que marcaron las lecturas del joven poeta en Granada, en donde estudiaba la licenciatura de Filología Hispánica. Poema- prólogo: Me conocéis me habéis visto en el estiércol caído la imagen repetida de vuestra imagen el murmullo de la muchedumbre que pasea su hastío esa tristeza que emana de los cuerpos la incandescencia y el sonrojo de caras hermosas y a veces arrugadas el silbo del viento en la cumbre soy el hombre en la cumbre de espaldas al  mundo cada cabello desordenado soy el relincho del caballo en la fatiga el látigo acorde con el sufrimiento la música triste y la mano helada la tiniebla que rodea al leproso y al moribundo la alegría en la tristeza
Tierra . Guillermo Fernández Rojano. Taller Clandestino de las Letras. Castellón. 2015. Tierra es el tercer volumen de la trilogía del mismo título que reúne los tres últimos poemarios de Guillermo Fernández Rojano, donde se unen las obsesiones del autor, estructurándose como rebeldía a lo establecido, desde la resistencia del lenguaje, toda vez que el lenguaje toma el pulso a la voz más frágil y pura: el hombre que se convierte en pueblo, un pueblo no maleado en la obra de Rojano, que procede de lo natural, que habita los espacios dejados tras el pacto con la civilización y que sabe su función de guardián frente a las manipulaciones ya inscritas desde antiguo, desde la sociedad posfeudal; el hombre de Rojano habita unos espacios puros, tanto en la naturaleza como en la ideología, en el plano real y en el metafórico, una poesía idealista ante tanto ataque post-industrial que trata de despojar al hombre de la larga noche de las batallas, todo el conocimiento heredado, la sangr
Me encontré en un camino apartado con un perro descomunal y salvaje. Decidí seguir mi camino sin apartarme y sin temor. El perro hizo lo mismo. Nos cruzamos a una distancia prudencial y mirándonos por el rabillo del ojo. Cuando ya habían pasado unos metros, miré hacia atrás para asegurarme. El perro había hecho lo mismo y los dos descubrimos que ambos aún teníamos el miedo en los ojos.
Miguel Floriano Quizá el fervor. La Isla de Siltolá. Sevilla. 2015. Miguel Floriano, (Oviedo, 1992), cuenta con otros títulos como Diablos y virtudes y Tratado de identidad, aparece además en las antologías: Re-generación, a cargo de José Luis Morante, de la editorial Valparaíso, y Nacer en otro tiempo  preparada por Miguel Floriano junto al poeta Antonio Rivero Machina. Su última obra ha aparecido recientemente en Renacimiento: Claudicaciones. Sorprende Miguel Floriano porque se dan en él como poeta cualidades que pocos poetas poseen,  al menos, con tal juventud; después cumple unos factores poco comunes en la lírica actual, el uso de las formas medidas y la maestría al usarlas, maestría que pocos manejan con  soltura toda vez  que requiere de una serie de lecturas clásicas que no suelen hacer los jóvenes poetas ahora,  que  parecen seguir una suerte de poesía intuitiva y de experiencia de extrañamiento ante el mundo que los rodea y los aturde. No es este el caso. P
Estío, sol candente, grillo oscuro  invisible chicharra, lagartija en la grieta,  música continua de la luz, El autillo noble, perros latiendo en el aire dudoso de la noche , El polvo cubre el paisaje con un nuevo alfabeto de humo, rumor del agua lejana Engaña a las ranas sin fuente,  zarza ardiendo sin fuego: El  verano es lo invariable Lo que es igual a su sueño Desdibujado de amor y sombra. J.Fabrellas
Octava real Dulce fondo Si no queda ni rastro de lo amado, pues no existen los nombres: todo incierto, y también es mentira ya lo hablado, verdades son, secretos sin concierto;  cuando el deseo  no es nuestro aliado, y solo es una ciencia sin acierto. Porque el amor era animal en lo hondo, braceaba una fiera por tu fondo. Joaquín Fabrellas
Ángeles Mora. Ficciones para una autobiografía . Bartleby Editores. Al igual que Luis Cernuda nos ofrece en Ocnos una serie de episodios rescatados del pasado que el poeta reconvierte en poesía, eligiendo para sí aquellos recuerdos que formaron su educación sentimental sobre los cuales reflexiona, pasado el tiempo, y contempla la huella que le han dejado aquellos recuerdos, porque al fin y al cabo, la poesía es el ejercicio de la memoria disfrazada de palabra, reconstruyéndose en material poético, desgajado de la vivencia diaria hasta llegar a componer un objeto completamente diferente a lo recordado, que solo le sirve de base. Este modo de proceder, a pesar de su apariencia simple,  requiere un proceso selectivo de momentos fundamentales en el recorrer cultural y sentimental del poeta que precisa un amplio conocimiento personal para superar la vivencia y que, a la vez, sirva de autocrítica: el tiempo lo desvirtúa todo, emborronándolo con su espuma y haciendo los detalles más gr
22 jun 75 Hoy has firmado otra vez un pacto con tu tiempo, has cumplido calladamente con todo lo que pensaste que nunca harías: levantarte frente al espejo que te cambió sin piedad mientras se ajusta el ojo al tono sucio del día, esos días amplios y soleados del verano en que naciste: el tiempo ha pasado rápido en este tiempo, se ha reído de ti sin palabras y no hay excusas, la vida no ensaya, han caído muchos calendarios; ha florecido la miseria y tus palabras no encuentran solución a ese problema de la vida: ¿o la vida era el poema?, pero no se mezclan, cada uno reina en su región apartada y tu tiempo pasa y no se confunden con el texto, callando míseros lo que intentan ahora decir tus palabras. Sigues sin aprender tu lección y tal vez te quede esperanza para hablar de otros pactos mientras mires a otro lado: felicidades poeta. Ya lo has hecho, has escrito otro poema.
Monstruos de infancia. David Bagel Miré a ese hombre de modo extraño, me recordaba a un monstruo de la infancia, uno de esos monstruos a los que se coge cariño con el tiempo, esos rostros que se van olvidando y el miedo se convierte en ternura, en dulzura: su rostro me parecía tierno. Él, sus ojos airados, sin embargo,  me miraba con pavor, con una especie de angustia, con un miedo real, como si hubiera comprendido al fin la fecha de su muerte.
Palabra que es frontera sílaba inacabada de un silencio de tinta, la sintaxis: sueño de la materia de ser más que un poema ya imposible. Último salto: nada espera donde la palabra vuelve a ser silencio no escrito, roto en el olvido del dolor antiguo, como un aire resuelto a ser llanto extremado de lo que nos florece, como herida acabada en el límite claro de los labios, y aprendes del vacío en el amable óxido de un tiempo ya amarillo, escapando de todos los silencios culpables de tu éxtasis, momentánea tú desapareces, oh génesis  puro, virgen de la palabra, letra de carne viva, muerte de tu voz lenta, el límite une con arena y agua todo lo  nunca dicho; la materia no existe, lo nombrado sin nombre. J. Fabrellas
EL RECREO Oír un timbre ... en el renglón tachado, niños de sombra que se ordenan con calma de ciprés ante las puertas. Guardan su turno para entrar en el silencio de la Historia. Octubre: su navaja de lluvia desbrozando cuerpos en babia, lienzos que la muerte recoge entre tu sien como el naipe marcado del prestidigitador. Tú. Tu resaca de ilustres apellidos cuyas orlas arrasa, en su oleaje blanco, la justicia del tiempo. La carcajada del maestro. A la pizarra, Casanova, Recítanos, desvélanos el alma que pernocta tras esa verde y silenciosa manera de mirarnos: a qué reloj, a qué pecados, a qué función oscura das vida en esas fiebres de insolente ojeador. Velamos la blancura del sueño, su mentira. El dulce porvenir, la santificación de ese fruto que nos llama al bocado tras la íntima culpa, y seguir, continuar devorando el salitre y la gula que resta de la gran bacanal, del supremo reparto al que nacimos sin ot

Soneto

SONETO Es el viento, la brisa, es la sombra, la luz, el aire, el agua, puro o yerto, luna o sol, roca y árbol, el desierto; océano de arena, apenas nombra el lazo cómplice sin tiempo, claro ante el agua y la duda,  es el vacío, su huella, alumbrado silencio, río sin tiempo, une sin hilos, en un  raro laberinto transformado en su Nada, formas primitivas antes del Todo ausente, su materia engendrada de la escoria, su tiempo que ha prendido la mínima lección de su destello: en su nombre celebrarán  su olvido. Joaquín Fabrellas
Silva libre Es el recuerdo, brisa viva de la memoria de tu día, quede la muerte fuera, distante ahora: laberinto claro del rastro que tú dejas, el dudoso reflejo de tu imagen en el agua confusa del tiempo que demora en el olvido: el deseo de cielo: lejana luz de un día herido que viene ya a decirte: todo el tiempo de entonces, cuánto daño sin nombre. El cielo aprende así tu rostro, nunca la piedad que repasa en el lamento oído de la noche, un murmullo de pasos en el viaje inútil a la nada, el vacío de un tiempo, principio de tus miembros, creando la verdad siempre de tu cuerpo, la luz mísera que te alcanza débil, soledad de los astros, la deriva urgente de tu final, es  tu cómplice vulgar para la nada de tu desaparición en la amarga sintaxis de tu sueño. Joaquín Fabrellas
Feria de las vanidades Me ilusiona Cannes, ese pueblecillo de la costa azul francesa, una suerte de Marbella estilizada y cinematográfica. Pero sobre todo me da una especie de vergüencilla ajena el desfile cada año de esos personajes acostumbrados a los fastos de Hollywood, la industria deformadora de mentes en todo el mundo, todas sus estrellas haciéndose pasar por gente muy normal en trajes de tres mil dólares la pieza, pero todo desenfadado, sonriendo a ese flash con los labios ensayados frente al espejo del cirujano plástico hace unos días, bolsas de ojos, pómulos, un auténtico desfile de bótox y placentas, hígados de ballena y aletas de tiburón chino. Los escorzos muestran el contenido de las mentes, la estilización de la figura y un cine que pretende ser alternativo pero que solo trata de limpiar a actores que están al borde de la desaparición o para purgar sus últimas propuestas taquilleras de Los Ángeles. Es la fiesta de las apariencias, cine convencional sin que se note
Imagen tomada por el propio autor Juan Cruz López El nombre de los hombres. Juan Cruz López. Baile del sol. Tenerife. 2016. Este es el hermoso título del poeta Juan Cruz para su primer poemario que se divide en tres secciones: Sed, Sombra y Semilla. La voluntad del poeta se desdobla en una voz de correlato que le sirve para anclar las ideas del poemario que desgranan la solidaridad, la esperanza en el hombre, el cansancio de asumir la misión encomendada no al hombre sino al poeta: dar voz a aquellos que no la tienen toda vez que esta sociedad estructura más obstáculos entre la voz y la boca, o si la tiene, se llena de adornos que nada vienen a decir en un discurso perlado de demasiadas palabras bonitas que no tienen significado o que poseen una ambivalencia de sentido, véanse los grandes medios de in-comunicación  que son los auténticos valedores de un poder que no aplica vendas a su miseria más íntima, a su más bella falacia entonada por ninfas que solo llen

La Gabia. Ángel Rodríguez. Todo lo que desaparece

La gabia Ángel Rodríguez Editorial Maolí. Jaén. 2016. Imagen de portada del libro tomada por José Torres. Representa este poemario la mayoría de edad de un poeta como Ángel Rodríguez toda vez que este libro nos adentra en un mundo propio, un mundo acotado y al borde de la extinción, en definitiva, un mundo que no existe y solo la poesía es la encargada de pronunciar su vuelta, su desaparición, si hacemos caso al dicho del eterno retorno de lo idéntico, la pesada carga del instante, todo lo que está condenado a repetirse si el universo es infinito y su hijo directo: el tiempo, también sueña con serlo. En La gabia hay un salto al vacío, una propuesta totalizadora desde el léxico, la poesía debe constatar un lenguaje que ha ido desapareciendo y que solo los muertos pronuncian, porque es este un poemario que abandona lo urbano, que reside no ya en la periferia, sino muy lejos de aquí, en un lugar habitado por el olvido, esa vigilia es este poemario, oyendo las voces de los niños

¿Para qué sirve la sintaxis?

¿Para qué sirve la sintaxis? Joaquín Fabrellas Considero que El curso de lingüística general de Ferdinad de Saussure es una obra que recoge el pensamiento humano en su lado más crudo: el conocimiento se adquiere mediante nuestra capacidad lingüística, dependeremos de nuestro conocimiento sintáctico para manejarnos en la vida, porque la sintaxis es pensamiento, es estructura mental y cuanto más recio y desarrollado esté mejor comprenderemos ese concepto al que los humanos llamamos mundo. El mundo es un concepto, y el tiempo otro. Y eso se puede conjugar con unas reglas que tienen mucho que ver con el conocimiento del lenguaje, cuanto más amplio sea más amplio será mi mundo y su interpretación. Como afirmó Wittgenstein: "los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje". Es cierto que todos los hablantes de un idioma lo aprenden de forma natural, pero eso también se puede mejorar, no es lo mismo saber mover las piezas por el tablero que saber jugar al ajedrez. Esa
Esencia Como la llama expande su perfume: la mano que tocar solía, viento frío, el campo, naturaleza sume tu verde al suyo, mujer, en tu aliento ceniza fue el ayer, así rezume la fuerza por el cuerpo hermoso y lento de tu carne sin tiempo, mas el día coja los frutos de tu edad tardía. Joaquín Fabrellas

Transición

Transición Joaquín Fabrellas Soy de una generación, (la de 1975), que nos creímos a pies juntillas aquello que los tecnócratas dieron en llamar "transición democrática", como si no hubiese sido un mero traspaso de papeles, y cuyas consecuencias estamos ahora sufriendo en forma de corrupción estructural. La ceguera de nuestros representantes políticos, su falta de resolución, el egoísmo propio que acompaña a quienes ejercen el poder en algunas de sus formas y tiene todavía demasiadas deudas que pagar a quienes los han puesto allí, hacen de España un animal herido y sin rumbo que va dando bandazos en una Europa cada vez más decidida a convertirse en aquello que critica sin asomo de vergüenza o escrúpulo. Soy de una generación que cree en los políticos porque sus padres pasaron demasiado tiempo sin poder creer en ellos. Una generación la mía que venía de un largo fascismo de silencio y opresión y que le puso rostro a una forma de entender el cambio político hasta que llegam
Acaso no Si la verdad se esconde allí donde  se nombra ya el vacío, si lo falaz responde y tu cuerpo es el río donde mana lo bello que confío a tu rostro dormido, a tu boca henchida de pureza, al silencio partido por el tiempo que reza; la piel y el noble hueso despereza la carne enamorada, silencio oculto, cuerpo si bendito, huye tú de tu nada, cumple lo marchito del tiempo que en tu gesto necesito. Joaquín Fabrellas

Soneto Juan Manuel Molina Damiani y Joaquín Fabrellas

P A T IO DE LA MALENA                                                                    En memoria de José Román C ON luz el claustro donde el aire pasa en nombre del olvido, son de piedra las canciones que el agua entre la hiedra ayer compuso, que hoy la muerte abrasa. La forma que la luz esconde en sombra, inicio de la nada en la memoria, inaugura su tiempo: así, la gloria de este instante, el vacío que la nombra. La muerte es vegetal: en la mirada gélida de la alberca que una rama del árbol tienta a ciegas da la nada con su origen y el aire con su llama. Sombras errantes deja de pasada por el patio un silencio que se inflama. Juan Manuel Molina Damiani Joaquín Fabrellas

Sextina. Joaquín Fabrellas

Sextina que dirige el clérigo Antonio de Aldana, a una desconocida mujer, acaso eterno femenino, quizá Virgen, quizá hembra que no conoce, pero intuye. Hermosa herida 1.- El tiempo se demora  raudo en sombra   y cumple su palabra de miseria, si hay verdad en labios que te nombran, el tiempo es falso amigo en la memoria, feliz de tu materia arrepentida: luz: recorre el camino a la fortuna. 2.- D eja el aire, tu viento a la fortuna . Sí: eras feliz, piel, la luz, la sombra entrando en dulce rapto, la memoria expande el nombre de la arrepentida noche, volando el día que te nombran, rauda escapa ahorrando tu miseri a. 3.- D e los labios, la piel es la miseria; s i a ti te duelen en dulce fortuna, estás parada en el secreto, sombra de los días azules, la memoria de lo vivo tan bello, arrepentida enamorada, sola si te nombran. 4.- Y c onvertida en voz si a ti te nombran. ¿Eras feliz materia arrepentida? Verdad en labi

Citius, altius, fortius?

Perdónenme en mi insistencia, pero contemplo a diario en mis alumnos el fruto de la desidia institucional por parte de los gobiernos centrales y autonómicos hacia las celebraciones y efemérides, y como en España somos muy dados al exceso, cuando "hay" que celebrar un acto tendemos a destrozar la figura que tuvo la desgracia de morir no sabemos cuántos siglos antes, sin saber tampoco muy bien ni lo que escribió ni lo que dijo o lo que pintó, pongo por caso. Y así nos va, filósofos de la talla de Belén Esteban o el preclaro Jorge Javier Vázquez arrasan, ya no importa tanto en las ventas de libros, sino que se imponen como modelo de comportamiento, modelo de emulación social, los romanos trataban de emular a los mejores en todos los aspectos, la educación, el deporte, la literatura...Tan alejado el modelo actual basado en la televisión y su brazo armado y verdadera piedra de toque de la manipulación social actual, la publicidad y su hermano menor, el cine, y digo menor entendien
Patio de la Malena Imagen: Ypuntoending  Dedicado a la memoria de Pepe Román. De luz el claustro donde el aire pasa mezclando el nombre del olvido en piedra, es ya la clara música de  hiedra en un baile del agua que repasa la forma que la luz esconde en sombra, inicio de la nada en la memoria inaugurando el tiempo  así su gloria del instante vacío que te nombra. Es vegetal la muerte  : la mirada gélida de  la alberca que las ramas del árbol besan, tocan en la nada el comienzo del aire vuelto en llamas, errante sombra cumple la acabada canción sin música que tú inflamas. Joaquín Fabrellas
José Pastor . Cuaderno de veredas. Piedra Papel Libros. Jaén. 2016 . Segundo trabajo de José Pastor. Tercera entrega de "Caja de formas" de la audaz PiedraPapel. Conocí a Jose hace algunos lustros, cuando yo comencé a colaborar con ediciones RaRo de Rakel Rodríguez y esa forma punki y kamikaze de hacer poesía y ediciones, sin importar los beneficios, mirando a la cara a los pasmados de la cosa poética y editorial, cuando ellos decían: no van a durar mucho, y ahí está todavía Rakel con innumerables títulos publicados en su Cabo de Gata. Pero hay que irse un poco más atrás, a cuando  compartimos un fin de semana donde se mezcló lo más underground de la poesía jiennense-granadina y leímos poemas, relatos, y, más importante, acabamos con toda la cerveza de un pueblo hermosísimo, bello Cástaras donde Jose nos acogió en su seno alpujarreño, en su casa pensión  junto a Carlos, el biólogo que nos introdujo en un mundo de pájaros y especies desconocidos para nosotros en aquella