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Mostrando las entradas etiquetadas como SONETO
Pliegos del Condestable. Soneto de Lope de Valdeón que dirige a su hermosa enamorada, al haberla olvidado por inexorable paso del tiempo. (1649) Amor, ayer, tu cuerpo fuera templo, ira dormida, ingrávida natura, gracia del aire alegre, en tu pura y encarnada beldad no fría, templo la cuerda del dolor, belleza en ruinas, largo lamento, cárcel es la herida de tu mirar funesto, dabas vida a mecánica flor, dulces espinas de rosas, sin su olor, alma marchita; recoge tú, calor de lumbre, frío lecho de unión, y el tiempo te permita olvidar este ahora, destrozado por tu belleza ayer haber escrito, recordando hoy pasiones, sosegado.

Pliegos del Condestable

Soneto que dirige la hermosa Carmen de Montilla a su anónimo enamorado, en cuitas de amor quejándose del despecho sufrido. Año 1616. Pues es mi cuerpo ahora carne inerte, solo sombra, la piel acariciada de tu mano que prende por la nada su rastro; la mirada busca verte de nuevo, donde el lecho no confunde la noche herida, fue lejano el vuelo del ave que guardar solía, cielo que aúna su recuerdo mientras se hunde en la noche mi cuerpo con su herida, rescata el dulce llanto, su alta dicha no predice el destino, usurpa vida cruel, lágrima cogiste a mi lamento, vano fue mi dolor, el daño duro, pues todo acaba en un sutil tormento.

Ruinas del ayer. Pliegos del Condestable.

           Ruinas del ayer Amigo, con afán, escucha ahora pues la fama es reflejo de la ruina: palabra regalada no termina de llenar su vacío a cualquier hora. Es  el tedio acosando tu figura, viene la negra mancha que te asombra en un tiempo retorna y nunca nombra lo que tú escondiste sin usura. Pues los discursos que aman en su prisa la máscara, llenaron de su olvido con un dolor ajeno de su risa, nos recuerdan la miseria del mundo: nadie habla de la cicatriz de nadie, nada dicen de su dolor profundo. Soneto en respuesta que escribiera Juan del Cálamo a su amigo Pedro de Contreras con motivo de la fama pasajera, el espejo de las vanidades y las nadas del mundo. Encontrado en los pliegos del Condestable del siglo XVI

Pliegos del Condestable. (1550-1650)

Pliegos del Condestable Soneto asonante  que escribe Baltasar de Saavedra , natural de Baeza, y entierra en el suelo para que nadie lo encuentre, donde confiesa que ha descubierto unas ruinas musulmanas en el Palacio de Villadompardo donde se hospeda como experto zahorí, empero, por mal de amores, no dice al dueño lo que ha visto, por no ser tomado por loco o con mal tino. 1635. Encontrado en fecha reciente en Pliegos del Condestable. Todo el orden inventará su caos cuando el caos engendre su comienzo, aquella plaza, laberinto claro, aquel palacio de azahar cubierto. Y a su piedra la luz así devuelva dulce sombra que a descansar me llama, la rama esconde media luna y llena, su noche abierta de agua pura y palma. Allí reposan los arcos en bóveda, celeste, sombra incólume de estrella, y copia adentro la noche de afuera, recoge afuera todo su silencio, la voz callada para labio inmóvil: será su fallo germen de su cielo.  ...
Triunfos que perdimos Ahora es fama lo que un día ruina Y será ruina lo que ayer fue fama, La fama es solo ruido que se inflama Por ver pasar un tiempo que se arruina Es tu riqueza tu miseria clara, Pues el brillo es la nada de su llama, Para el éxito del necio solo aclama Llenando el hueco oído con voz cara. Rauda ruina de su edificio altivo Es hoy el ayer, vacío, su memoria, Rumor de escombros del dolor nativo. Recoge tú las flores de un tiempo ido Porque el instante es siempre su pasado Y sabrás las victorias que has perdido. J. Fabrellas

Soneto

SONETO Es el viento, la brisa, es la sombra, la luz, el aire, el agua, puro o yerto, luna o sol, roca y árbol, el desierto; océano de arena, apenas nombra el lazo cómplice sin tiempo, claro ante el agua y la duda,  es el vacío, su huella, alumbrado silencio, río sin tiempo, une sin hilos, en un  raro laberinto transformado en su Nada, formas primitivas antes del Todo ausente, su materia engendrada de la escoria, su tiempo que ha prendido la mínima lección de su destello: en su nombre celebrarán  su olvido. Joaquín Fabrellas

Soneto Juan Manuel Molina Damiani y Joaquín Fabrellas

P A T IO DE LA MALENA                                                                    En memoria de José Román C ON luz el claustro donde el aire pasa en nombre del olvido, son de piedra las canciones que el agua entre la hiedra ayer compuso, que hoy la muerte abrasa. La forma que la luz esconde en sombra, inicio de la nada en la memoria, inaugura su tiempo: así, la gloria de este instante, el vacío que la nombra. La muerte es vegetal: en la mirada gélida de la alberca que una rama del árbol tienta a ciegas da la nada con su origen y el aire con su llama. Sombras errantes deja de pasada por el patio un sile...
SONETO IV Y quiero ser la soledad del álamo Su sombra iluminando la penumbra  El vértigo de esta tarde que relumbra  Ardiendo su color en breve ramo.  En el extenso aire que abrazó al árbol,  La huella vacía dibujó la rama  Siendo un cuerpo desnudo que así brama  Y el ala que robó la forma al mármol.  De la muy pérfida y sensual esencia:  Todo lo vivo en vano se cumplió  En recordar que somos complacencia  Ante la única soledad que clama,  Su vulgar muestra vana que encarnó  Y el puro fuego que ya fluye en llama. Joaquín Fabrellas  28/10/14
Soneto III Si surge puro de tu breve aliento el hálito dichoso que ya expira, si conoce la boca lo que mira y sabe las palabras del lamento. La dicha alcanza lo que tu voz canta y mira al viento: lejos de tu mano Y no puede alcanzar si ya no espanta duro gesto, la voz ni el rostro ufano. Palabras que al silencio dieron vida mientras quedó el deseo malherido escrito en la clemencia de pronto huida, cuando el alma, en el rostro es recibido, en el lenguaje incierto que despida, presto el dolor así por mí entendido. Joaquín Fabrellas 23-VII-14