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La escritura del vidente, 1979. Marcos-Ricardo Barnatán

La escritura del vidente

En el día triste de nuestro ayuno
Cuando la oración buscaba una respuesta
Que redime con sal y acaso salva

El fuego volvió

Vasos de oprobio
Lenguas que maquinan inútil muerte

En la planicie volcánica y en el llano
Donde gozó la luz y el deseo creció
La órbita única abandona el aire
La mano multiplica ejércitos
La mano alza inaccesible destrucción

Ninguna ley permite tanta desolada
Ruinosa consumida adversidad

Solo un árbol vital
El que exige la ciega espada
Contra el mensaje bárbaro

Los espíritus del pájaro
Los labios libres
Que purifican la boca.

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