Gabriel Ferrater es una de las voces más desconocidas y, a la vez, interesantes, del panorama poético del medio siglo en Cataluña. Su poesía es una extraña mezcla de inocencia y enajenación, de cercanía y de dolor como no se ha visto en ningún otro poeta contemporáneo.
Cercano en sus planteamientoa a la poesía de Gil de Biedma, una poesía desprovista de todo adorno superfluo, pero cargada de un mensaje que se hace certero desde la vivencia y la expresión depurada. Claridad cegadora, dolorosa a veces, ya que no se somete a ningún discurso dictado o moda al uso. Poesía de intuición, musical, sugerente, sensual en la descripción de los placeres cotidianos. Honda reflexión sobre el paso del tiempo, el elemento que encarna el negativo de su poesía. Cercano también a Alfonso Costafreda, otro genial autor vituperado por la crítica, pero cuya obra se está recuperando recientemente en un panorama literario que hace aguas o, en su mayoría, gobernado por editores que buscan la rentabilidad en la moda de ciertas tendencias poéticas vacías en su planteamiento y en su discurso.
Cercano en sus planteamientoa a la poesía de Gil de Biedma, una poesía desprovista de todo adorno superfluo, pero cargada de un mensaje que se hace certero desde la vivencia y la expresión depurada. Claridad cegadora, dolorosa a veces, ya que no se somete a ningún discurso dictado o moda al uso. Poesía de intuición, musical, sugerente, sensual en la descripción de los placeres cotidianos. Honda reflexión sobre el paso del tiempo, el elemento que encarna el negativo de su poesía. Cercano también a Alfonso Costafreda, otro genial autor vituperado por la crítica, pero cuya obra se está recuperando recientemente en un panorama literario que hace aguas o, en su mayoría, gobernado por editores que buscan la rentabilidad en la moda de ciertas tendencias poéticas vacías en su planteamiento y en su discurso.
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