Espejismos, por Joaquín Fabrellas. Publicado en Viva Jaén 14/12/ 15.
"Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían en evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos tendrían el amor de su servitud".
Aldous Huxley
Que la política se organiza desde la falacia por activa o por pasiva, por pensamiento o por omisión, es un hecho incontestable como el cambio climático que se está instalando en nuestras vidas mientras nuestros líderes asisten a cumbres mundiales en contra del cambio climático mientras por lo bajini acceden a la compra de gas, de petróleo en países con jeque que alimentan guerras territoriales y después se llevan las manos a la cabeza acusando a ciertos grupos armados hasta los dientes con nuestras armas refulgentes a los que les has dicho lo poco que los aman sus vecinos.
Es más fácil enseñarle la zanahoria a Turquía que sueña con integrarse en una Unión Europea-castillo feudal a cambio de espuertas de dinero para que retengan a los refugiados, quizá dinero de la venta de las armas, sí, esas que nadie dice y nadie señala, pero nuestras armas ayudan a los conflictos más sangrientos, pero los dementes son ellos que no saben lo que quieren, dicen, y dicen, dicen...
Que nuestra Europa, esa Europa cada vez menos nuestra y más de las grandes industrias, esas que Europa se lleva lejos para que en nuestro suelo no contaminen, pero sí lo haga en África, en América o incluso en Oceanía donde nuestro querido aliado, Francia, ensaya en atolones románticos y acaso tropicales su bomba atómica, pero es Francia y la queremos, es nuestra amiga, y se han metido con ella, pero se han metido con ella terroristas que no han nacido ahora en esos países a los que alimentamos con sangre, sino que son de sus barrios más pobres, donde la banlieue se hace inhóspita y se decora con mezquitas en perspectiva caballera, pero eso no quiere verse, no interesa.
Se nos olvida que ese discurso lo iniciamos nosotros, los que llevamos el progreso, el progreso de defender una democracia pactada con los grandes medios de comunicación que firman la cuota de pecados que deben callar, cómo callarlo y qué chorradas contar, como la hermosa foto del cangurito o del terrible accidente del policía en Estados Unidos, periodismo adyacente que informa a mentes adyacentes.
Pero defendemos la cantinela de vivir en democracia, una democracia que no acepta listas abiertas, que se recuenta con la ley D´Hont, una democracia que amordaza la libertad de información, no la de expresión, esa sí nos permite bajarnos los pantalones en t.v. pero no de informar sobre aspectos capitales, sobre una política que silencia la boca con prebendas, que premia las carreras individuales y la huida en desbandada para mayor gloria que no sabe de compromisos electos en busca de la felicidad congresista.
O esconder los ataques de Francia, nuestra amiga, que bombardea y mata, y Rusia, mientras destruyen hospitales con "malos" y buenos dentro, y niños que no salen en ninguna foto y por eso no existen.
O aquí en España, donde ningún politicucho se atreve a decir si va apoyar o no de una vez a Francia en sus bombardeos, y se les nota incómodos en la tele, con las camisas demasiado apretadas al cuello pensando en la hipocresía del sí pero no, ya se encargarán los del think tank de la basura de sus partidos en sacarla para que no huela. Cobardes.
Para cuándo una política en contra de la pobreza infantil, para cuándo un pacto por la educación, para cuándo una política seria con los refugiados, para cuándo, pregunta retórica.
Debo ser yo el loco.
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