Edmund Gun
III
Mezclando películas y jazz en un baile nunca comenzado en prisiones invisibles de tedio y transparencia átona.
Palabras dichas al vuelo, buscando heridas asépticas, ya no sé si tu vientre conoce esos matices de cereza y vainilla. O si tus ojos, amada, sí, si me mirases, siguen recorriendo el mundo en busca del rostro amado que completará el tuyo.
Bajo mares de hilo de azul recién inventado. Los días eran la sucesión amarilla de la luz y el desierto creciente y calurosos de los lagartos hermosos.
III
Mezclando películas y jazz en un baile nunca comenzado en prisiones invisibles de tedio y transparencia átona.
Palabras dichas al vuelo, buscando heridas asépticas, ya no sé si tu vientre conoce esos matices de cereza y vainilla. O si tus ojos, amada, sí, si me mirases, siguen recorriendo el mundo en busca del rostro amado que completará el tuyo.
Bajo mares de hilo de azul recién inventado. Los días eran la sucesión amarilla de la luz y el desierto creciente y calurosos de los lagartos hermosos.
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