Don Nicolás Fernández de Moratín habla en el segundo canto de su poema de las enfermedades que conlleva la prostitución, del mal gálico o sífilis, de los herpes, así como de los lugares y las profesionales que ejercen la prostitución y que son famosas por ello en un Madrid de finales del siglo XVIII.
"Los vecinos que habitan la alta calle
que acuerda el lugarcillo de Hortaleza,
están hechos a hallar en los zaguanes
cuatro patas a oscuras. Se tropieza
y se pasa tragando callandito
envidia y miedo de ambos un poquito.
De Jerónimo el Magno en la Carrera,
en la Puerta del Sol todas las noches,
y en la calle también de la Montera,
al son de los chasquidos de los coches
se enfalda la salada Calesera,
la basquiñuela que al revés se pone
de miedo de emporcarla tantas veces.
"Los vecinos que habitan la alta calle
que acuerda el lugarcillo de Hortaleza,
están hechos a hallar en los zaguanes
cuatro patas a oscuras. Se tropieza
y se pasa tragando callandito
envidia y miedo de ambos un poquito.
De Jerónimo el Magno en la Carrera,
en la Puerta del Sol todas las noches,
y en la calle también de la Montera,
al son de los chasquidos de los coches
se enfalda la salada Calesera,
la basquiñuela que al revés se pone
de miedo de emporcarla tantas veces.
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