DONDE NADIE ME ENCUENTRE. Ediciones RaRo. Raquel Rodríguez. Jaén. 2014.
La poesía de Rakel Rodríguez surge de una experiencia vital que plasma en sus poemas de forma radical, no hay miramientos ni momentos para el artificio, es tan solo poesía. Un acto poético libre, sin escuelas: la palabra y la experiencia, o eso que le gustaba tanto decir al maestro leonés Agustín Delgado, una poesía de "vividura".
Una poesía que expresa sin temor el acto poético de una forma poco acostumbrada, habla sin tapujos de lo femenino y no precisamente desde unos cánones previos y que poco representan a la mujer actualmente. La poeta aborda el erotismo, lo social, las coordenadas sentimentales y vitales del ser humano y nos lo da como hace el poeta despreocupado: el germen del logos. La maquinaria sentimental tan útil en estos tiempos del ruido.
Sus poemas nos recuerdan a esa sensibilidad herida, a la poesía introspectiva de la norteamericana Emily Dickinson, o nos muestra esos poemas cortos, lacerantes, a la forma de confesión íntima, como lo hiciese la Pizarnik en sus mejores momentos.
nunca se sabe en qué vuelta
regresará el abismo
llenándome
de nuevo
de fantasmas
En definitiva, se trata de una poesia única, valiente, feroz, que se instala poderosa en un momento como el actual, que parece arraigarse en el éxito, aunque debamos todo al fracaso. Este es su canto.
Joaquín Fabrellas
La poesía de Rakel Rodríguez surge de una experiencia vital que plasma en sus poemas de forma radical, no hay miramientos ni momentos para el artificio, es tan solo poesía. Un acto poético libre, sin escuelas: la palabra y la experiencia, o eso que le gustaba tanto decir al maestro leonés Agustín Delgado, una poesía de "vividura".
Una poesía que expresa sin temor el acto poético de una forma poco acostumbrada, habla sin tapujos de lo femenino y no precisamente desde unos cánones previos y que poco representan a la mujer actualmente. La poeta aborda el erotismo, lo social, las coordenadas sentimentales y vitales del ser humano y nos lo da como hace el poeta despreocupado: el germen del logos. La maquinaria sentimental tan útil en estos tiempos del ruido.
Sus poemas nos recuerdan a esa sensibilidad herida, a la poesía introspectiva de la norteamericana Emily Dickinson, o nos muestra esos poemas cortos, lacerantes, a la forma de confesión íntima, como lo hiciese la Pizarnik en sus mejores momentos.
nunca se sabe en qué vuelta
regresará el abismo
llenándome
de nuevo
de fantasmas
En definitiva, se trata de una poesia única, valiente, feroz, que se instala poderosa en un momento como el actual, que parece arraigarse en el éxito, aunque debamos todo al fracaso. Este es su canto.
Joaquín Fabrellas
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